Hoy más que nunca hay que reivindicar una educación sexual diferente, una educación que normalice el sexo como una faceta fisiológica normal del ser humano.
La tecnología se está adelantando y dando voz e imagen a seres que llevan la violencia en su interior, una persona que no trata al otro/a como así mismo no es digno/a de que tenga minutos de gloria y menos para que pueda ser ejemplo para otros.
La campaña “sexo responsable” pone su granito de arena para intentar dar un poco más de información, tal cómo se produce y que ella sirva para que las personas puedan decidir más libremente.
Sin resultados.