Casi todas las personas con vulva han sentido en algún momento de su vida un pedo vaginal. Y casi todas han sentido vergüenza por no poder controlarlo. Los pedos vaginales suenan igual (o de forma muy parecida) a un gas intestinal, pero no tiene nada que ver: no huelen, no los produce el propio cuerpo.
Qué son los pedos vaginales
Los pedos vaginales son aire del exterior que entra en la vagina. No los produce el cuerpo. Este aire queda atrapado en el interior de los surcos vaginales y sale haciendo ruido cuando los músculos se relajan.
La vagina no es un tubo. Es un conjunto de músculos y pligues que quedan sellados. Ante la estimulación sexual y la penetración, estos pliegues se abren y dejan pasar el aire. Cuando se vuelven a cerrar, el aire ha de salir. Y lo puede hacer con sonido.
A diferencia del recto, la vagina no tiene esfínter, por lo que la salida de este aire no se puede controlar.
Hay factores que facilitan la entrada (y posterior salida con sonido) del aire dentro de la vagina:
- La postura en la relación sexual: es más fácil que este fenómeno se produzca cuando se penetra la vagina desde atrás.
- Los movimientos de penetración: el ritmo de la penetración y sacar completamente el pene de la vaina (o el objeto que sea) y volver a introducirlo repetidamente facilitan la entrada de aire en la vagina.
¿Se pueden evitar?
Puedes controlar la postura de tus relaciones sexuales o meter un dedo en la vagina antes de sacar el pene (o el objeto que sea) para que salga por ahí el aire. Pero, ¿por qué? ¿Para qué?
Un pedo vaginal es un sonido más de la relación sexual. Es el gemido de nuestra vagina. Es muy común y muy normal, aunque no se enseñe en el porno; quizás por eso dé tanta vergüenza. Es tan fisiológico como sudar (y eso sí que lo vemos normal).
Por ello, te recomendamos que disfrutes de tu relación sexual. Y si oyes algún pedo vaginal y te corta el rollo, ¡tómatelo con humor!
¿Y si me ocurre en otras situaciones?
Si te ocurre en otras situaciones fuera del contexto sexual, como andando, cogiendo peso, en el gimnasio, cuando sales de la piscina, etc. quizás sufras hiperlaxitud vaginal. Es decir, quizás tu suelo pélvico esté muy debilitado y sea recomendable que un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico te valore.
Recuerda que puedes ayudar a fortalecer tu suelo pélvico con ejercicios de Kegel y con tus bolas chinas.