¿Quieres conocer las principales funciones de las bolas chinas? En este artículo te lo contamos todo.
Mitos sobre las bolas chinas
Comenzaremos hablando de dos de los mitos más arraigados sobre las bolas chinas y su uso.
Las bolas chinas… no son chinas
El primero de los mitos es que, pese a su nombre, su origen no es chino sino japonés. Se cuenta que un emperador del Japón feudal quería disfrutar de sus concubinas en cualquier momento y buscaba que estuviesen siempre preparadas para el coito. Así que ideó unas bolas que, al moverse dentro de la vagina, lograban que estuviesen siempre lubricadas y preparadas para una penetración placentera. Más tarde las geishas comenzaron a utilizarlas para tonificar su musculatura vaginal y perfeccionar sus artes amatorias. Es por ello que en otras partes del mundo se conocen como “bolas de amor” o “bolas geisha”.
Más tarde llegaron a China y se popularizaron como bolas Ben Wa. Bien por este motivo o por confusión con las esferas de Baoding o bolas Kung Fu Chio, que son unas bolas que se usan para la relajación o la meditación, en nuestro país han pasado a conocerse popularmente como “bolas chinas“.
Actualmente, dado que se ha extendido su uso terapéutico para el trabajo de suelo pélvico, también se conocen como “Bolas Kegel”

Las bolas chinas… no producen orgasmos
El segundo de los mitos sobre estas bolas es que tendremos orgasmos vaginales sólo con utilizarlas. La estimulación que producen las bolas es placentera pero no tan intensa como para llegar a estimular la zona sensible de nuestra vagina y llevarnos al orgasmo. Sí es cierto que en situaciones concretas de mucha excitación sexual previa podemos alcanzarlo, pero no únicamente por su propio uso. Este mito se ha popularizado por dos motivos: la falta de conocimiento de la anatomía femenina que lleva a pensar que cualquier objeto introducido en la vagina provocará un orgasmo y, por otro lado, su venta casi exclusiva hasta hace muy pocos años en sexshops y tiendas de juguetería erótica.
Qué son las bolas chinas
Son dos esferas de diferentes materiales (siliconas, TPR, metal, cristal) unidas por un cordón. Dentro de las esferas encontramos unos pesos que producen movimientos de vibración durante su uso al golpear estos pesos internos contra la superficie externa. Los pesos interiores pueden ser muy variados, yendo desde los 5 gramos a los 65 gramos en cada una de las bolas.
Existen múltiples variantes como una sola bola, packs de bolas con diferentes tamaños y pesos para trabajar la musculatura del suelo pélvico de manera progresiva…
Para qué sirven las bolas chinas
Las bolas tienen dos funciones:
Función terapéutica:
Las bolas tonifican la musculatura del suelo pélvico* y, con ello, pueden prevenir la incontinencia urinaria.
Nuestro suelo pélvico es el encargado de sostener diferentes estructuras como la vejiga, el útero o el recto.
Esta musculatura se va debilitando por múltiples factores, como pueden ser la edad, la propia gravedad, los cambios hormonales asociados a la menopausia, los embarazos y partos, deportes de impacto. Si esto ocurre podemos sufrir incontinencia urinaria o prolapsos de esas estructuras.
Para prevenir que esto ocurra se recomienda la realización activa de ejercicios de Kegel (contracciones controladas de la musculatura del suelo pélvico) y también el uso de bolas chinas para el trabajo pasivo de esta musculatura. Es el movimiento de golpeo de los pesos internos con las bolas externas, lo que va a hacer que nuestra musculatura se refuerce con su uso.
En este sentido es importante saber que no es un remedio universal para todas las mujeres. En mujeres con suelo pélvico muy debilitado (hipotonía) o exceso de tensión muscular (hipertonía) derivadas de procesos como partos o disfunciones como el vaginismo, es precisa la evaluación de un profesional como un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico antes de su uso.
Función erótica:
Las bolas chinas tonifican la musculatura vaginal, ganando elasticidad y tono muscular. Por ello, nuestros orgasmos ganarán en calidad, puesto que el orgasmo son las contracciones de esta musculatura.
Además las bolas provocan una mayor lubricación, lo que va a favorecer las relaciones sexuales con penetración, haciendo que sea más cómoda y placentera.
A su vez, el uso de bolas chinas favorece el aumento del deseo sexual en las mujeres al estimular fantasías y ser un elemento erotizante como puede ocurrir con el uso de lencería erótica u otros complementos eróticos.
Cómo se usan las bolas chinas
Cómo se colocan las bolas
Lo primero que debemos hacer antes y después de su uso es lavarlas con agua tibia y jabón neutro. Ponemos un poquito de lubricante en la primera (o única) bola y la colocamos en la entrada de la vagina, la introducimos presionando suavemente y hacemos lo mismo con la segunda bola. Si ya estuviéramos lubricadas podemos prescindir de lubricante para la colocación.
Cómo se usan las bolas chinas
Lo primero que debemos saber es que tenemos que estar en movimiento para que las bolas hagan su función, ya que si estamos sentadas o tumbadas no harán nada, pues su función es “caerse” y la nuestra, la de nuestra musculatura, evitar que se caigan. Es decir, bastará con colocarlas, levantarnos y caminar para que las bolas tonifiquen nuestra musculatura.
Comenzaremos con la bola de menos peso (si utilizamos un sistema de pesos progresivos) e iremos añadiendo peso a medida que vayamos sintiendo que nuestra musculatura ya es capaz de sostener el peso anterior.
Empezaremos el primer día con 5 o 10 minutos e iremos aumentando el tiempo de manera progresiva. Una rutina de unos 30 minutos diarios es suficiente para tonificar nuestro suelo pélvico.
En mujeres con musculatura sana será suficiente con llevarlas puestas para que hagan su función. Mujeres con alguna debilidad muscular tendrán que hacer un esfuerzo más consciente para mantenerlas dentro de la vagina. Como ya comentábamos más arriba, si hay mucha debilidad (por ejemplo, no ser capaz de mantener una bola dentro de la vagina ni siquiera un minuto), es conveniente que sea un profesional especializado el que nos recomiende si es adecuado su uso y, de serlo, cuáles son las bolas más recomendadas y las rutinas a realizar.
Podemos acompañar las bolas con la realización de ejercicios de Kegel, como los que detallamos en la siguiente ilustración.
Cómo se quitan las bolas chinas
Este es uno de los temas que más preocupan a muchas mujeres cuando comienzan a usar las bolas. “¿Y como me las saco?” “¿Y si se me quedan dentro y no puedo sacarlas?” Debemos saber que nuestra vagina no es “un pozo sin fondo”, es decir, tiene un final y su tamaño es relativamente pequeño en estado normal de relajación (aunque como sabemos tiene una gran capacidad de dilatación). La vagina es un espacio “virtual”, que va a acoger aquello que introduzcamos… sin irse a ningún sitio.
¿Cómo extraemos las bolas?
Primero tiramos un poquito del cordón, que normalmente queda fuera de la vagina, pero en caso de que esté dentro, tan sólo tendremos que introducir dos dedos un poquito y haciendo pinza agarrar el cordón y tirar de él suavemente hasta extraer la primera bola. Una vez hemos sacado la primera bola, no seguimos tirando del cordón, sino que tiramos de esa primera bola. En el momento de extraer la segunda, hacemos una pequeña dilatación de la entrada de la vagina (relajación del suelo pélvico), y tiramos suavemente de ella para sacarla.
Recomendaciones de uso
Simplemente las lavaremos con agua templada y un jabón neutro. Las secaremos con una toalla o paño que no deje pelusas y las guardamos en una bolsita de tela hasta el siguiente uso.
Cuándo no es recomendable usar las bolas chinas
- Si tenemos una infección urinaria o vaginal.
- Si tenemos dolores mientras las utilizamos.
- Tras una cirugía genitourinaria, se recomienda esperar entre seis semanas y dos meses antes de utilizarlas.
- Durante la menstruación.
- Mientras mantenemos relaciones sexuales.
- Durante el embarazo. Por norma general, no se recomienda su uso salvo que nos lo recomiende el ginecólog@. En este caso siempre habremos de poner especial cuidado de las normas de higiene.
- Después del parto. Hasta que no hayamos cumplido la cuarentena. Consultaremos a nuestro ginecólog@ sobre cuándo podemos utilizarlas.
Qué bolas chinas elegir
Como hemos visto, existe una gran variedad de bolas chinas en el mercado. Diferentes pesos, materiales… Recordar que si existe algún problema de suelo pélvico, seguiremos las recomendaciones que nos haya dado nuestra matrona, ginecólog@ o fisioterapeuta de suelo pélvico.
- Materiales. Encontraremos multitud de materiales. Recomendamos las de silicona médica hipoalergénica por ser un material no poroso y más higiénico. Pueden ser un poco más caras que otros materiales, pero son mucho más higiénicas y su durabilidad es mayor. Se recomienda utilizar siempre lubricantes de base acuosa, pues los de base silicona o aceite pueden dañar el capa externa del material. Busca bolas que no contengan ftalatos en su composición.
- Cordón. Tanto el cordon externo como el que une ambas bolas debería ser del mismo material de silicona. Evitar adquirir bolas con cordones de cuerda pues pueden acumular bacterias y provocar infecciones.
- Peso. Se recomienda comenzar con poco peso e irlo aumentando de manera progresiva a medida que vayamos fortaleciendo el suelo pélvico. Evitar al inicio bolas excesivamente pesadas.
- Tamaño. Existen de varios tamaños, no te preocupes si te parecen muy grandes. Existen tamaños más pequeños para mujeres que no han dado a luz o que se sienten más cómodas con tamaños inferiores.
- Rugosidad. La mayoría de las bolas tienen pequeñas rugosidades o dibujos en su superficie, que facilita que permanezcan dentro de la vagina.
Para mejorar el suelo pélvico, siempre recomendamos la evaluación y el seguimiento por parte de un profesional, como es un fisioterapeuta pelviperineal.
*No hay evidencia científica que confirmen los efectos de las bolas chinas sobre el suelo pélvico.
Y si tiene el DIU
Buenos días Alfonso. Es compatible el uso de bolas chinas llevando un DIU puesto, no hay ningún problema. El DIU está colocado dentro del útero, mientras que las bolas chinas (o bolas de Kegel) las estamos introduciendo en la vagina.