El vaginismo es un problema sexual que afecta a muchas mujeres y consiste en la imposibilidad de penetración provocada por una contracción involuntaria de la musculatura de la vagina. Te contamos en qué consiste y cuáles son sus causas.
¿Te duele la penetración durante las relaciones sexuales?
La penetración no debería doler, pues la vagina no es un pequeño agujero rígido, sino un grupo de músculos con gran flexibilidad que se adaptan al tamaño de aquello que introduzcamos. Si la penetración es dolorosa, es porque las condiciones para que ocurra no son las óptimas y puede darse por diferentes circunstancias:
- Poca lubricación, ya sea porque no hay suficiente excitación por parte de la mujer o porque no se produce la suficiente lubricación natural.
- Tensión o imposibilidad de relajación en las relaciones sexuales.
- Rotura del hímen dolorosa porque el hímen sea demasiado fibroso o elástico.
- Violación o abuso sexual.
- Malas primeras experiencias en la consulta ginecológica.
- Causas físicas que detallaremos a continuación.
¿Qué es el vaginismo?
El vaginismo es la contracción involuntaria de la musculatura que rodea la vagina, musculatura denominada suelo pélvico. Esta contracción impide la penetración del pene y, muchas veces, de ningún objeto por pequeño que sea.
La causa más común es el dolor o el miedo al dolor que está asociado a la penetración pero… ¿sabías que la penetración no debería doler, ni siquiera durante la primera experiencia sexual coital? Podría doler si el hímen es demasiado fibroso o elástico, pero hay muchos tipos de hímen y no todos tienen que doler ni sangrar cuando se rompen tras una penetración o un golpe.
Las mujeres con vaginismo no tienen por qué presentar disfunciones en ninguna de la fases de la respuesta sexual (deseo, excitación, meseta y orgasmo), incluso suelen tener unas prácticas sexuales alternativas que enriquecen su vida sexual, pero la angustia y la ansiedad que pueden originar el propio vaginismo pueden influir sobre la calidad de la relación sexual y sobre el deseo, excitación y/u orgasmo.

¿Cuáles son las causas del vaginismo?
Las causas más comunes del dolor que pueden hacer aparecer una respuesta de contracción involuntaria de la vagina pueden dividirse en orgánicas y psicosociales.
Causas orgánicas
Las causas orgánicas más frecuentes de vaginismo están relacionadas con alguna afección de los órganos pélvicos. Tratando la causa orgánica con la ayuda de un ginecólogo o fisioterapeuta especializado, se podrá solucionar el vaginismo. Aunque también puede ocurrir que se haya automatizado el reflejo condicionado involuntario de la contracción ante la respuesta de dolor. En estos casos, una vez tratada la causa orgánica, el profesional de la sexología puede tratar el vaginismo.
Entre las causas orgánicas más comunes encontramos las siguientes:
- Irritación en el clítoris (por jabones, pantalones ajustados…)
- Hímen imperforado o rígido.
- Vulvitis o vulvovaginitis
- Inflamación en las glándulas de Bartolino o en las glándulas de Skene.
- Déficit de lubricación natural. Puede deberse a la deficiencia de estrógenos propia de la menopausia, esclerosis múltiple, pocos juegos eróticos y medicamentos antihistamínicos, entre otros.
- Episiotomías mal cicatrizadas o desgarro perineal.
- Cistitis o uretritis.
- Endometriosis.
Causas psicosociales
Entre las causas psicosociales, encontramos:
Ansiedad: el miedo al dolor eleva el estado de ansiedad y, en consecuencia, contraemos, a modo de respuesta defensiva, sin quererlo, los músculos, entre ellos, el suelo pélvico. Este miedo al dolor lo pueden originar algunos mitos:
- Desconocimiento de la anatomía y la fisiología genital femenina, con ideas erróneas como que “la vagina es un pequeño agujero”.
- Pensamiento de que la penetración es dolorosa.
- Experiencias reales pasadas de dolor, que han instaurado la respuesta condicionada de contracción como una forma de defenderse del mismo.
Problemas de pareja: si hay hostilidad, agresión, falta de comunicación, etc., es fácil que aumente la tensión y la ansiedad durante los encuentros sexuales de la pareja.
Si sufres vaginismo no tengas temor a consultarlo con un profesional. Tu ginecólogo, fisioterapeuta de suelo pélvico o un profesional de la sexología puede ayudarte a tratarlo y, así, mejorar tu calidad de vida sexual.